La bendición o la maldición.

“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”. Juan 17:24
Jesús estaba orando por sus discípulos, por aquellos que el Padre le había dado; nadie llega a la Iglesia por casualidad, es Dios quien lo lleva para que salve su alma.
El Dios Padre, es el Creador de los Cielos y de la Tierra, el Dios Hijo, es el Señor Jesús que vino a este mundo a dar su vida por la nuestra, Él quebró la maldición, incluso murió en una cruz; en aquella época quienes morían en la cruz, eran consideradas personas perversas, que hicieron cosas graves, sin embargo, el Señor Jesús no cometió ningún pecado, Él se hizo maldito por nosotros, para que fuéramos libres; y el Dios Espíritu Santo es Quien en los días actuales ejerce Su acción.
Él es capaz de transformar la vida de cualquier persona en el sentido espiritual, para que ella tenga la capacidad de vivir de fe en fe y de victoria en victoria, pues una persona llena del Espíritu Santo es capaz de vencer todo y cambiar de vida completamente.
Entienda, los tres son 1 y cada uno tiene su función.
“Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”. Juan 17: 25.26
Dios fue, es y será siempre justo, entonces ¿por qué existe tanta gente sufriendo? La respuesta es simple, porque a pesar de todo el sufrimiento que la persona carga, al contrario de rendirse ante Dios, endurece su corazón y se aparta de Él, no le permite entrar en su vida, y es justamente la falta de tener la experiencia de conocer a Dios, lo que deja a la persona sumergida en los problemas, por eso, toma malas decisiones, las cuales después le acarrean duras consecuencias.
Dios es amor, y amor es dar, por ello, si la persona decide no darle su vida a Dios, Él no podrá entrar en ella.
Dios coloca en la vida de todos, dos caminos y cada uno debe elegir cuál quiere recorrer, el de la vida o el de la muerte, el de la bendición o el de la maldición, usted decide.
“he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. Deuteronomio 11:26
¿Cuál es su decisión?
Piense en esto
Dios le bendiga
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